I Mixta
El fin de semana en Granda ha sido estupendo y en la quedada me lo pasé como un niño chico.
Comenzamos sobre las 20:00 del sábado en el Arco de Elvira donde nos esperaban Opikanoba y Campanilla preparados para lo que hiciera falta con camisetas de la I Mixta (Flickr&Blogs) de fresa. Auténticos, auténticos.
Empezamos en un irlandés donde nos encontramos con el resto de la tropa y la cerveza corría que daba gusto. Muy divertido ver como todo el bar estaba al loro de un partido que echaban por la tele menos un grupo de extraños entes que no paraban de hacerse fotos entre sí y adoraban un Mac.
Luego lo típico y tópico: unas tapitas, cachondeito, un bar heavy tropical con cierto aire a puti y más cerveza hasta que llegaron las drogas duras. Poco a poco la gente fue muriendo. Ya sabes el lema: sólo puede quedar uno. Al final acabamos en un garito (¿Sugarpop?) donde ya sólo aguantábamos de la quedada Antonio Casas, mi colega Antonio y yo. Allí encontré a la mujer de mi vida pero cuando se lo dije no me creyó. Igual debería haber ido más despacio.
Más al final acabamos en un garito de los que hay que llamar para entrar y del que no quiero acordarme mucho...
Pues lo dicho, gente estupenda, muchas risas y deseando volver a Granada a pegarme otra...
Para ver todas las fotos echa un vistazo por aquí y por acá.
Comenzamos sobre las 20:00 del sábado en el Arco de Elvira donde nos esperaban Opikanoba y Campanilla preparados para lo que hiciera falta con camisetas de la I Mixta (Flickr&Blogs) de fresa. Auténticos, auténticos.
Empezamos en un irlandés donde nos encontramos con el resto de la tropa y la cerveza corría que daba gusto. Muy divertido ver como todo el bar estaba al loro de un partido que echaban por la tele menos un grupo de extraños entes que no paraban de hacerse fotos entre sí y adoraban un Mac.
Luego lo típico y tópico: unas tapitas, cachondeito, un bar heavy tropical con cierto aire a puti y más cerveza hasta que llegaron las drogas duras. Poco a poco la gente fue muriendo. Ya sabes el lema: sólo puede quedar uno. Al final acabamos en un garito (¿Sugarpop?) donde ya sólo aguantábamos de la quedada Antonio Casas, mi colega Antonio y yo. Allí encontré a la mujer de mi vida pero cuando se lo dije no me creyó. Igual debería haber ido más despacio.
Más al final acabamos en un garito de los que hay que llamar para entrar y del que no quiero acordarme mucho...
Pues lo dicho, gente estupenda, muchas risas y deseando volver a Granada a pegarme otra...
Para ver todas las fotos echa un vistazo por aquí y por acá.
Etiquetas: desvariando, gente, historias
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