Está claro que la
seguridad informática deja mucho que desear. La culpa, casi siempre, suele ser nuestra y no de las
máquinas. Aunque también es verdad que hoy por hoy el único sistema libre de intrusiones es aquel que está apagado (aquí los amantes de la
ingeniería social me dirían que siempre podrías engañar a alguien para que lo encienda ;-)
¿A qué viene todo este rollo? Pues a que resulta que me acabo de enterar en
Kriptópolis que el único
sistema de cifrado que, desde el punto de vista de la
teoría de la información, es invulnerable lo usaban el
Ché y
Castro en sus comunicaciones allá por 1967. Se trata de la
libreta de un solo uso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario